Una reflexión sobre Luz, espacio e intuición.

Nicolás Campodonico es un reconocido arquitecto argentino que reside en Rosario. Allí tiene su estudio, un edificio con historia que transformó en su espacio de trabajo y en un recorrido placentero y fluído para quienes lo visitan.

Aquí les dejamos la charla sobre la luz, el espacio y la intuición en la arquitectura.

 

¿Cómo trabajás la creación de tus obras? 

Yo trabajo mucho en relación a la intuición. Para mí el mecanismo intuitivo inició como algo natural porque lo tengo incorporado desde muy chico. Después me di cuenta que tenía una ventaja para la arquitectura.

Muchos piensan que la intuición es algo mágico, y en realidad, es algo más científico. Es un mecanismo por el cual el cerebro da una respuesta automática a un problema determinado sin que uno lo racionalice. 

Pero esa respuesta no viene de la nada, sino de observaciones anteriores.

El cerebro se va a nutrir de las observaciones que piensa que son útiles para resolver un determinado problema. Y ahí está lo mágico.

Cuando vos ves mis obras no se parecen mucho entre sí, sin embargo yo creo que hay algo que las conecta.

El proceso creativo está hasta que la obra está terminada porque la realidad es un canal de información maravilloso. Uno se puede imaginar un proyecto pero cuando la obra entra en contacto con la realidad, aparece un universo de cosas que ni te imaginabas. Lo más interesante de la obra es todo aquello que empieza a aparecer en relación con el lugar, con la luz, el entorno, con los usuarios. Eso es increíblemente enriquecedor.

 

¿Qué lugar ocupa la luz en los diferentes espacios?

Para mi la luz es un elemento clave en la arquitectura. Hay ciertos elementos que están presentes como el espacio, la luz y la materia que tienen que ver con la existencia humana y abren un mundo de exploración muy grande para la disciplina. Naturalmente me surgió la vocación de trabajar con estos elementos que son como primigenios, que tienen que ver con la existencia. 

La luz tiene esa capacidad de darle mucho dinamismo a la obra.

En mis obras estoy mas interesado por el espacio que por la forma. Para mi la forma es una resultante. Hay muchos arquitectos que empiezan por la forma y después van al espacio. En realidad es siempre un ida y vuelta porque son dos caras de una moneda. A mi me gusta que la forma, de alguna manera, termine siendo funcional al espacio. 

Lo visual está muy explorado contemporáneamente, la reproducción de formas tiene que ver con algo que ya existe. Entonces, cuando la forma es la resultante de contener un espacio, empieza a ser mucho más auténtica, porque está conteniendo un espacio determinado que vos querés lograr. La forma como contenedor de la experiencia.

 

¿Y allí aparecen las curvas en el espacio?

Si, me siento muy atraído por la relación del espacio con la persona. entonces suelo utilizar la curva y ciertos movimientos. No lo hago como algo invasivo sino como acentos en la arquitectura. Ciertos movimientos permiten trabajar en la percepción que tiene la persona sobre el espacio y con el uso que hacen del lugar. Entonces, en ese sentido empieza a haber decisiones que atienden a más de una intención, y ahí es cuando la arquitectura empieza a reforzarse. 

 

¿A qué llamás arquitectura “auténtica”?

Yo creo que en los procesos creativos la autenticidad tiene un rol fundamental. Lo auténtico es aquello que está en relación a las fuerzas que lo generan. Remite a lo que es anterior a eso, y es casi lo contrario a una falsificación, que sólo es la representación de una cosa.

Vivimos un momento en que todo es muy rápido y es mucho más fácil reproducir que elaborar cosas. Lo ves todo el tiempo en cosas que se parecen. Hay una velocidad para cumplir con todas las cosas que te lleva a producciones seriadas en vez de producir una reflexión sobre algo, es decir, auténtica. 

Para mí, la autenticidad en la arquitectura pasa por eso, por hacer una obra que responda de la mejor manera posible para quién lo está haciendo. No quiere decir que sea fantástica, quiere decir que vos diste todo de vos para poder responder a un cliente, a unas condiciones de trabajo, un lugar, materiales, a una técnica disponible.

Cuando todo empieza a funcionar con una dinámica virtuosa, para mi, los resultados son auténticos.

La autenticidad tiene un gran valor para mí. Una respuesta que pueda dar yo honestamente pensando en lo que tengo que hacer, va a ser mejor que cualquier copia aunque sea de algo buenísimo. 

 

¿Qué sentís que se destaca en tus obras?

Hoy estoy haciendo una muestra, “Muros”, que muestra 25 años de trabajo y la primer obra que se ve fue realmente mi primer obra. Yo tenía 23 años. Cuando ves esa obra y al mismo tiempo ves una de las últimas podes ver que están vinculadas pero a la vez son muy distintas. Eso habla de una manera de pensar, de interpretar y de hacerse carne de la disciplina. No me interesa tanto la valoración de las obras independientes, de si son mejores o peores, buenas o malas, sino que siempre estén informadas por el tema de la luz, el espacio, la materia, el lugar y el tiempo. 

También hay algo, que tiene que ver con la intuición, y es que no todas las obras tienen la misma fuerza en algunos de estos elementos. Hay obras que naturalmente la luz empieza a ser protagonista y otras donde lo es el espacio. Yo también le cedo esa iniciativa a la obra. No trato de imponer nada porque sé que hay elementos que pasan a un segundo plano y toman el protagonismo otros. Tiene que ver con dejar que la obra exprese. 

Nicolás Campodonico

Campodonico portada