Una conversación con Agustina Bottoni
¿Te defines como una arquitecta o una arquitecto?
Cuando realicé la investigación que dio como resultado el libro de Heroínas del Espacio, allá por 2006, pensé que lo apropiado era hablar de mujeres arquitec- tos. Acababa de leer el libro de Meseguer, Lenguaje y discriminación sexual, y en- tendí que la lengua, reflejo de la sociedad, es sexista. Por entonces, si analizabas en el diccionario las profesiones femeninas descubrías que un gran número de ellas estaban relacionadas bien con la prostitución o bien con el hecho de ser esposa de, por ejemplo la alcaldesa era la mujer del alcalde. Resumiendo, en aquel momento me pareció apropiado utilizar “arquitecto”. Ahora, en cambio, esta fuera de lugar y nos definimos y nos definen como arquitectas, porque la mujer ha accedido a innumerables puestos de trabajo tradicionalmente desempeña- dos por hombres, no por ser la mujer de nadie, sino por su propia valía.
¿Qué arquitectos son referentes para ti? ¿Alguna mujer?
Muchos y muy variados son los referentes que tengo, y hay un gran número de mujeres entre ellos: la potente Lina Bo Bardi, la sinérgica Charlotte Perriand, la refinada Eileen Gray, la sublime Kazujo Sejima, o la comprometida Anne Laca- ton.
¿Qué obra de arquitectura/urbanismo te hubiese gustado firmar?
Quizás el Sesc da Pompeia de Lina Bo Bardi. Tiene una arquitectura rotunda de gran calidad todavía vigente pero también posee una enorme carga de aspec- tos sociales, una profunda dosis de memoria local. Y, como no, de divertimento, no solo en las actividades sino en la arquitectura misma.
Si no hubieses estudiado arquitectura, ¿Qué hubieses estudiado? ¿A qué te dedicarías?
Quizás hubiese podido ser medico para los otros o filósofa para mi. A la hora de abrirte camino en la profesión,
¿Qué otros aspectos personales (más allá delsexo) has sido determinantes ya sea de manera positiva o ne- gativa? (tu origen socioeconómico, tener un familiar ya en la profesión, haberte asociado con un compañero varón, otros estudios o habilidades…)
Creo que lo más valioso ha sido salir al extranjero a trabajar cuando fui muy joven. Trabajé recién acabada la carrera en un Consorcio Europeo que construyó el acelerador de partículas Synchrotron en Grenoble con un equipo compues- to por ingenieros, arquitectos y gestores. Eso ha marcado toda mi carrera profe- sional. Otro hito fue la decisión de combinarlo con la docencia que me apasiona. Ambos mundos, el estudio de arquitectura y la enseñanza en la Escuela de Madrid ETSAM, han resultado una combinación perfecta pues se complementan perfectamente.
¿Crees que las mujeres tienen una manera “distinta” de hacer arquitectura que los compañeros varones?
Ni idea. Creo que trabajamos de manera distinta pero no se si los resultados son diferentes. Frente a un sistema jerárquico y vertical, muchos estudios de mujeres son mas democráticos y horizontales.
¿Cuál es tu proyecto u obra realizada que más te gusta, de la que más orgullosa estás o mejor define tu trabajo?
Me encantan las viviendas para realojo que hicimos en Embajadores 52, en Madrid, por su acertada inclusión en el tejido urbano y por su carácter seco, sin excesos formales. Aunque quizás el Concurso que ganamos en Roma y que estamos en fase de redacción me apasiona por ser una remodelación com- pleta de un barrio. ¡Vivienda, ciudad, espacio público, dotaciones, todo en uno!